NARRADORES
ANTI PRINCESA
-Ana, sabes que en horario de clase no
podes salir.
Se acerca a mi oído y me dice algo.
Sus palabras me llevaron lejos. Entré al
Nacional allá por el 81. En esa época ingresabas con examen y si tenías
hermanos menores ingresaban gracias a vos. Las horas de ayuda escolar que tuve
que soportar, creo vivía días de 48 horas. Nunca había sido una estudiante destacada,
no por falta de capacidad, sino más bien por vagancia. No fui la única sorprendida
al ver mi nombre en la lista pegada en la puerta del colegio. Haber ido a
rendir examen enyesada fue una nota de color. Se acercaban a preguntarme que me
había pasado y por un momento me sentí popular.
-
¿Qué te pasó?
-
Me caí de un árbol
-
¿Qué hacías arriba de
un árbol?
-
Me estaba trepando con
unas amigas.
Me miró raro. Siempre me miraban raro.
La rutina empezaba tempranito en casa,
5.15. Desayuno, preparar el bolso de la pile, el de la escuela e ir con papá a
Lafayette. Se quedaba tomando cafecito mientras yo entrenaba. Creo que él lo
disfrutaba. Estar ahí, acompañar, hacerme chistes en el camino. 8.45 ya
estábamos en camino al colegio, guardapolvo blanco, pelo aún mojado y con olor
a cloro. Las risitas eran una constante, miradas burlonas y secreteos. De
tamaño grande me hacía cada vez más chiquita, me hubiera gustado ser invisible.
Después del almuerzo, pile a las dos y
después hora y media de entrenamiento fuera del agua,fuerza de brazos, abdominales
y levantamiento de pesas, tarea en casa, algo de tele, dieta especial de cena y
algún chocolate robado en el camino antes de llegar a la cama. Las estrategias
de mamá para esconder lo dulce nunca daban resultado.
Viajaba a competir gran parte del año,
así que cuando me dignaba a aparecer en la escuela era cantado me llamaban al
frente a dar lección.
-
Ramos – dijo la de Literatura
por sobre sus anteojos, ¿Estudió?
-
Pase.
Y
ahí fui tratando de que los escalones hasta el frente se hicieran eternos. Las
risas comenzaron tímidas de atrás hacia adelante, para cuando llegué al frente
eran ensordecedoras. Ni la profesora ni yo entendíamos que pasaba. Un pedido de
silencio de ella era suficiente. No pude decir ni una palabra. El uno volvió a
acompañarme. Mi lengua intentaba retener las lágrimas. Otra más se acumulaba en
diciembre.
-
Vaya a sentarse Ramos.
Mientras caminaba a mi asiento sentía
como iban dando vuelta las cabezas y el murmullo de las risas contenidas. Al
llegar a la silla encontré la respuesta.
-Profe, profe, ¿Me estás escuchando? ¿Puedo?
Me costó volver al aula. La miré
extrañada.
-Sí, andá Ana. Avisale a la preceptora.
FIN
Para cerrar esta gran publicación de MirArte digital compartimos con ustedes dos textos escritos en tiempos de aislamiento social por nuestras estudiantes Micaela Avilés (Tiempo de Esperanza) y Sofía Monzón (Cicatrices) ambas de 3º 4º Estos textos están acompañados por la ilustración de Ángeles Toloza de 3° 1º
Tiempo de esperanza
Cuando miro por mi ventana veo el cielo azul,
con sus blancas nubes iluminadas por el sol.
y poder disfrutar al aire libre.
sentir la bruma en mi piel al andar.
de tener un mundo mejor.
y con mis patines deslizar.
y los abrazaré sin barbijo.
para lograr un mundo,
donde sea más fácil ser feliz.
Me encerraba en mi cuarto y lloraba porque, literalmente, todo era una mierda ¿Y por qué maldita sea?
Es un vacío, no sé si lo entendés. De un momento a otro las cosas dejan de tener el sentido que solía tener. Abrís los ojos al despertar en un día que parecía que iba a ser normal como cualquier otro, y logras ver todo con una claridad cegadora, te das cuenta de que has librado mil batallas y que la única que te importaba ganar era aquella en la que luchabas porque las personas que amabas , sigan al lado tuyo.
Entonces reaccionás y empezás a pensar por qué dentro del cuadrado, algo no se encuentra en su lugar.
Empezás a indagar, a investigar y al final chocás con una dura realidad y es que, quién te ama, pide que demuestres tu cariño y lealtad, pero no que vayas a diversas batallas como una forma de demostrarlo.
Entonces de nuevo estás ahí, en tu cuarto, el mundo vuelve a la realidad, tu vista ve más allá de lo que nunca antes vio.
Ahora sos consciente de lo que te rodea, de lo mal que está la sociedad y de que a veces, o casi siempre, das todo por quien realmente no le importas y vas dejando tu alma en el camino, porque es tanto el dolor que te rompes en mil pedazos, mientras intentás amar a quien no lo vale.
Entonces ahora estás intentando recoger cada pedacito de alma que se te extravió en el camino, pero ya nada es igual, ya no sos el mismo y nunca volverás a serlo.
Algo roto, puede arreglarse, pero deja marcas, algunas menos visibles que otras, pero están presentes, y vos, más que nadie en este mundo, te vas a dar cuenta de esas marcas, de esas pequeñas o grandes cicatrices que el maldito mundo ha dejado en vos.
Y mientas, el planeta sigue girando sin parar para fijarse si vos estás bien, el resto hace lo mismo.
¿Creés que a alguien le va a importar tu alma en mil pedazos? Pensá bien tu respuesta, la gente es superficial , podés estar muy equivocado.

Espectacular, escalofriante, maravilloso 👏😍😍😍😍😍😍😍
ResponderEliminarsi me permiten,guauuu...gran trabajo de la Profesora Virginia,y de Sofia...muy buenos..estoy aqui frente a la pantalla atrapada,....
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