ESPECIAL MUROS

EN ESTA SECCIÓN ESPECIAL LES CONTAMOS SOBRE EL ORIGEN Y EL SENTIDO DE  LAS PRODUCCIONES ARTÍSTICAS QUE "VISTEN" LOS MUROS  DE NUESTRA ESCUELA. 
Publicación del 8/7/2020

Para esta edición les traemos  a la Artista Maru Coviello, creadora del mural de "La Cacerolera" que está ubicado en el pasillo a la salida del SUM que va hacia las aulas y la casita que perteneció a los porteros de nuestra escuela. Maru es la provincia de Tucumán y la estudiante Abigail Lamas de 6º 3º con gran esfuerzo llevó adelante esta entrevista, mediante un vivo de Instagram. Un encuentro especial, del que transcribimos una parte, la esencial para que conozcan el origen de la obra y algo de la vida de su creadora, pero les sugerimos que no se pierdan por nada  el vivo  completo, haciendo clic en el enlace azul.

Fotografía de Monica Donato

Entrevista a Maru Coviello, licenciada en arte.

Por Abigail Lamas

¿Cuáles son los orígenes de ese mural?

Bueno, yo soy licenciada en arte. El año del mural era un año que estábamos muy convulsionados políticamente, había muchos desencuentros políticos. La consecuencia era que había mucha hambre, la gente estaba muy desconforme. Nos hacen a nosotros una invitación -que no era solo para mí, fue para varios artistas de acá de Tucumán -al encuentro de muralistas, era un encuentro nacional de muralistas, que se realizaba en Mar Del Plata. La gente estaba muy desconforme con el gobierno y había mucha pobreza.

Había mucha gente que nos decía que no fuéramos a Mar del Plata .Yo dije “vamos, si total nosotros vamos a hacer arte, no vamos a ninguna manifestación política”.

Nos llevaron a una plaza, ahí nos ubicaron a todos los artistas, había artistas de otros países. Y yo, fuera de pintar yo sola, tuve la colaboración de una chica nacida en Buenos Aires. Ella es autodidacta, es dibujante, se llama Paula Palacio. Bueno, ella me colaboró para que hiciéramos ese mural enorme, porque era de 3 metros de largo y 2 de ancho.

¡Era grande!

Es grande. Paula fue la dibujante, una chica que dibuja bien y está centrada en el mundo del arte.    Entonces fuimos las dos para hacer ese mural que era muy grande. En ese entonces ella vivía en Buenos Aires y decidimos hacerlo. El tema en ese momento era la crisis del 2001, vos de seguro no habías nacido… Has visto que ahora en acompañamiento a los médicos se aplaude, bueno, en ese momento las protestas se hacían golpeando una cacerola, vos tenés conocimiento de eso.

Sí, lo estudié.

Entonces, en representación del mural se hizo el cacerolazo, una mujer que está tocando o golpeando la cacerola o utensilios de cocina (cucharas de madera, todas esas cosas). Ese fue el planteo mío. Esto lo organizó la Municipalidad y contó con el acompañamiento de algunas empresas, creo que de pintura Alba, y nos proporcionaron todos los materiales. Y bueno, tanto en el mural como en mis pinturas, yo planteo mis dibujos en pastel o bien con lápiz. Las primeras manchas del mural las hice con acrílico, porque el acrílico te permite que no se seque rápido. Bueno, íbamos a la mañana y volvíamos a la tarde, vos viste, era muy grande.

La gente se acercaba a mirar y preguntar. Y bueno, yo hice el tema del cacerolazo y el tema de la pobreza en esos momentos. No sé si has visto que hay unas escaleras de plomo, que es una escalera en donde está subiendo la gente, donde la gente se tiene que refugiar en Dios porque no tiene otra salida.

¿Cómo fue su acercamiento al mundo del arte?

Mi acercamiento… yo he sido hija de una madre de siete hijos. Te voy a contar una pequeña historia, rápidamente…

Ella quedó viuda y tuvo que empezar a trabajar, y para eso tuvo que estudiar. Cuando estudiaba, nos ponía en una ventana y nos daba lápices para dibujar, a mí siempre me ha gustado dibujar, el arte en sí, vengo de una familia en la que hay antecedentes. Y ahí empecé, nos daba lápices gordos, cualquier cosa. Cuando terminé la primaria, yo quise seguir la Escuela de Bellas Artes, ahí hacés el secundario completo. Pero mi madre se opuso tremendamente, porque en la institución a la que yo iba se otorgaba un título de Maestra, mientras que en la Escuela de Bellas Artes salías con Bachiller en Arte. Y ella, como había quedado viuda, tenía miedo de que nosotros nos pase lo mismo (quedarnos sin trabajo).

Entonces me dijo “vas a ser maestra primero y después vas estudiar lo que quieras”. Yo me recibí de Maestra y por supuesto mi intención era seguir en la Facultad de Artes. Y ella me dijo “ahora vas a hacer lo que vos quieras, pero vas a tener que trabajar”. Un trabajo que me retribuyera dinero, y le dije “no va a haber problema”. Entonces fui como maestra al campo y mis primeros tiempos fueron bastante sentidos. Iba al campo como maestra, y a la tarde tenía la facultad de arte. Y no me quedaba tiempo libre, pero tenía que seguir trabajando porque si no, no podía seguir estudiando. Bueno, ésos serían mis inicios en el arte, y ahí comencé a estudiar en la universidad de Tucumán.

¿Te costó mucho?

Era un esfuerzo grande, porque cuando uno trabaja se tiene que levantar temprano y volvía a la tarde a la facultad, cansada, estábamos muertos, pero… como toda la vida me ha gustado el arte, el esfuerzo vale la pena.

¿Qué se siente saber que tu obra está en nuestra escuela secundaria y ya es parte de nuestra historia y de la escuela?

Bueno, a mí me alegró mucho cuando supe porque ahí quedaron muchas obras. Las destinaban a distintos lugares y yo rogaba que tenga techo y que circule  gente para que la vea .El mural representa la protesta al gobierno de ese momento y el país estaba muy mal, muy convulsionado. Ya te he contado que las manifestaciones se hacían con cacerolas, yo recuerdo que tengo una cacerola rota de tantos golpes.

¿Qué sentiste al hacer tu primera exposición individual?

Mi primera exposición fue hace ya mucho tiempo. Yo me sorprendí al ver mis obras colgadas en una sala que era solo para mí. Fue muy hermosa porque pertenecía a la universidad. Una cosa es cuándo vos tenés toda tu obra en un caballete, la tenés en tu taller, que cuando la ves colgada con una iluminación. Me sentí muy feliz de ver todas mis obras juntas.  

Mirá la entrevista completa haciendo clic aquí







Publicación del 27/5/2020

En esta oportunidad traemos un cuadro que tiene unos años colgado en la pared de la oficina del equipo directivo, cuya creadora es la profesora Susana Lazzaris, quien fué docente de nuestra escuela entre los años 1985 y hasta el año 2014. La estudiante Abigail Lamas de sexto año entrevistó a la  profesora Susana, para  preguntarle sobre su historia y la de este cuadro.


Entrevista a Susana Lazzaris

Entrevista realizada por la estudiante Abigail Melanie Lamas, de 6º3º.

En el marco del proyecto “Nuestros MUROS”, estudiantes entrevistan a los creadores de las obras artísticas que “visten” nuestras paredes; esas paredes que hoy posiblemente extrañamos  queremos acercarlas, de un modo especial.


Antes que nada ¿nos podría decir su nombre y a qué se dedica?


Bueno, mi nombre es Susana Lazzaris, yo fui profesora de la escuela 23 y de otros institutos terciarios hasta el año 2014, año en que me jubilé. Soy profesora en Filosofía e hice otras carreras. En este momento estoy terminando un doctorado en educación.


¿Cómo y cuándo fue que empezó tu inquietud por el mundo del arte?


Bueno, yo no me incluiría dentro del mundo del arte, lo mío es sólo una tendencia natural a dibujar desde que tengo memoria, desde muy chica, alentada quizás por mi familia, por mis padres, pero nunca realicé estudios como para considerarme dentro del mundo del arte, sí he realizado talleres. Y bastante informalmente hago todo tipo de experiencias con pintura.


¿Qué sensación tenés al ver que tu cuadro está en nuestra escuela?


Es una sensación muy agradable, de que las cosas se cuidan a pesar de los años, y que de alguna manera lo que uno quiso decir, no con palabras sino con una imagen, perdura en esas paredes.
Es agradable pensar que alguien pueda mirar, percibir esa imagen, como otras que hay en los muros y que algo le puede decir a esa persona que está percibiéndola.


¿Nos podría contar sobre el ejercicio de su docencia en nuestra escuela? ¿Cómo fueron esos años en nuestra escuela? ¿Cómo los pasó y qué experiencias atesora?


Los años que transcurrí en la escuela fueron muy gratos, tengo muy buenos recuerdos con alumnos, alumnas, compañeros, también, muchas anécdotas… Sería muy largo de contar en este momento, pero mi contacto con la adolescencia quizá fue lo más hermoso que me haya pasado, no recuerdo haber tenido momentos desagradables, sí, a veces, conflictivos, difíciles, pero que llegaron todos a muy buena resolución.


A través de la obra que está en nuestra escuela ¿Qué mensaje nos puede dar? ¿A qué se hace referencia con el dibujo? ¿Qué significado tiene?


Me estás haciendo una pregunta muy interesante. Esta obra tiene muchos años, yo no puedo precisar en qué año la hice, pero creo que es de la década del 90´. Yo estuve en la escuela desde el año 1985, tampoco puedo recordar en qué situación personal yo me encontraría.
La obra tiene algo de hacer visible un aspecto, del cual nadie habla en las instituciones, que es la orfandad con la cual a veces los niños, en este caso los adolescentes o jóvenes, ingresan a una institución. Orfandad que no es de padres ni de familias, sino que es a veces de desigualdad, de prejuicios, de no haber tenido los trayectos de la escuela primaria que se esperan, quizás, de un alumno de la secundaria. Por lo tanto yo percibí muchas veces alumnos sufrientes, alumnos que sufrían por estar en la escuela, quizás es un reflejo, también, de mi propio sufrimiento en las instituciones. Por eso hay una apelación a través del dibujo, a un acompañamiento del adulto, un acompañamiento que el adulto tiene que hacer cuando está percibiendo realmente a su alumno , un adulto que se da cuenta, que tiene un tono que captó de su alumno, que lo moviliza y trabaja para que la estadía, en la institución, en su cátedra, no sea percibida por el otro como sufriente, sino que realmente establezca un clima donde pueda surgir el aprendizaje entre ambos. Yo creo que ése es el mensaje de la obra.

¿Usted recuerda otras obras, propias, relacionadas a la vida de la escuela?


Si te referís a la docencia, recuerdo hacerles una acuarela a cada uno de mis alumnos cuando terminaban los estudios y se graduaban. Por ejemplo, en los institutos terciarios siempre estuve muy acompañada por, si querés llamarlo “el arte”, en mi vida docente.


¿Qué mensaje nos podría transmitir a nosotros, como estudiantes, a través sus años de docencia?


Si te referís a la docencia en general, es lo que me ha pasado, dibujar en el pizarrón. Recuerdo también cuando trabajaba en la Escuela de Teatro, íbamos a ver los ensayos de los alumnos, entonces yo llegaba a mi casa, en un cartón o en cualquier papel empezaba a dibujar escenas que me habían gustado y al otro día se las llevaba, o cuando tenía clases las llevaba a la escuela, era muy lindo.
Muchos de ellos tienen cuadros míos con esas escenas, esas acuarelas. Cito el recurso de la acuarela porque se seca rápido, no es como un óleo que uno tiene que esperar mucho, entonces es mucho más “piola” para regalar y para que hagan un cuadrito de sus obras .
Bueno, es difícil hablarle a los estudiantes en este momento de mi vida donde yo dejé lamentablemente el aula hace varios años. Pero tengo algo para decir que, ojalá, todos encuentren en ese adulto que los tiene que acompañar, esa mano que aparece ahí en el dibujo. No es una mano maternal, es una mano de acompañamiento. Es una mano de acompañamiento para entrar en el mundo de la cultura, pero que no se queden con esa cultura, que esa mano también sirva para analizar, criticar, tener un pensamiento propio, hacer cultura, renovar la cultura que creo que nos hace falta a todos y va venir del mundo de los jóvenes, sobre todo en un marco de pandemia que estamos viviendo.

¿Queres oir parte de la entrevista?  Aquí te dejamos una selección, de los mejores momentos.


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